RESPIRACIÓN
1. Observación de
la Respiración:
·
Tiéndase en el suelo sobre la alfombra o sobre una
manta, y colóquese en la posición de «cuerpo muerto», esto es,
piernas estiradas, ligeramente separadas una de otra; las puntas de los pies
mirando ligeramente hacia fuera, los brazos a los lados del cuerpo sin tocarlo
y con las palmas de las manos mirando hacia arriba; los ojos cerrados.
·
Dirija la atención a su respiración. Coloque una
mano en el lugar del cuerpo que vea que sube y baja cada vez que inspira y espira.
Fíjese si este lugar se encuentra situado en le tórax; si es así, esto
significa que no está ventilando totalmente los pulmones. Las personas que
están nerviosas tienden a hacer respiraciones cortas y superficiales que solo
alcanzan a la parte más alta del tórax.
·
Coloque suavemente las dos manos sobre el abdomen y
observe los movimientos que realiza al respirar. Observe como su abdomen se
eleva en cada inspiración y desciende en cada espiración.
·
Es preferible respirar por la nariz más que por la boca;
por tanto, mantenga sus fosas nasales
tan libres como pueda antes de realizar los ejercicios.
·
¿Se mueve su tórax al compás de su abdomen o, por el
contrario, está rígido? Dedique uno o dos minutos a dejar que el tórax siga los
movimientos del abdomen.
2. Respiración
Profunda:
·
Aunque este ejercicio puede practicarse en distintas
posiciones, la más recomendable es la que describimos a continuación: tiéndase
en el suelo sobre la alfombra o sobre una manta. Doble las rodillas y separe
los pies unos 20 cm, dirigiéndolos suavemente hacia fuera. Asegúrese de
mantener la columna vertebral recta.
·
Explore su cuerpo en busca de signos de tensión.
·
Coloque una mano sobre el abdomen y otra sobre el
tórax.
·
Tome aire, lenta y profundamente, por la nariz y
hágalo llegar hasta el abdomen levantando la mano que había colocado sobre él.
El tórax solo un poco y a la vez que el abdomen.
·
Cuando se haya relajado en la forma que indica el
punto 4, sonría un poco, inhale aire por la nariz y sáquelo por la boca haciendo
un ruido suave y relajante como el que hace el viento cuando sopla ligeramente.
Con ello, su boca y su lengua se relajarán. Haga respiraciones largas, lentas y
profundas que eleven y desciendan el abdomen. Fíjese en el sonido y en la
sensación que le produce la respiración a medida que va relajándose más y más.
·
Continúe con 5 a 10 minutos de respiración profunda
una o dos veces al día durante unas cuantas semanas; luego, si lo desea, puede
prolongarlo hasta 20 minutos.
·
Al final de cada sesión de respiración, dedique un
poco de tiempo a explorar su cuerpo una vez más en busca de signos de tensión.
Compare la tensión que siente al acabar el ejercicio con la que sentía al
empezarlo.
·
Una vez que se sienta familiarizado con la forma de
respiración que se describe en el punto 4, practíquela siempre que le apetezca
tanto si está sentado como si está de pie. Concéntrese en el movimiento
ascendente y descendente de su abdomen, en el aire que sale de sus pulmones y
en la sensación de relajación que la respiración profunda le proporciona.
·
Cuando haya aprendido a relajarse mediante la
respiración profunda, practíquela cada vez que note que va a ponerse tenso.
3. Respiración
Natural Completa:
· Empiece por
ponerse cómodo, de pie o sentado.
· Respire por la
nariz.
·
Al inspirar llene primero las partes más bajas de
sus pulmones. El diafragma presionará su abdomen hacia afuera, para permitir el
paso del aire. En segundo lugar, llene la parte media de los pulmones, mientras
que la parte inferior del tórax y las últimas costillas se expanden ligeramente
para acomodar el aire que hay en su interior. Por último, llene la parte
superior de los pulmones mientras eleva ligeramente el pecho y mete el abdomen
hacia adentro. Estos tres pasos pueden desarrollarse en una única inhalación
suave y continuada que puede llevarse a cabo, con un poco de práctica, en pocos
segundos.
· Mantenga la
respiración unos pocos segundos.
·
Al espirar lentamente, meta el abdomen ligeramente
hacia adentro y levántelo suavemente a medida que los pulmones se vayan
vaciando. Cuando halla realizado la espiración completa, relaje el abdomen y el
tórax.
·
Al final de la fase de inhalación, eleve ligeramente
los hombros y con ellos las clavículas, de modo que los vértices más superiores
de los pulmones se llenen de nuevo con aire fresco.
4. La Respiración
Purificante:
· Empiece por
ponerse cómodo, de pie o sentado.
·
Efectúe una respiración completa, tal y como se
describe en el ejercicio anterior.
·
Mantenga la inspiración unos pocos segundos.
·
Forme con los labios un pequeño orificio y expulse
por él un poco de aire; hágalo con un poco de fuerza, exactamente como si
estuviera soplando paja. Pare un momento y luego expulse un poco más de aire.
Repita el proceso hasta que haya eliminado todo el aire en pequeños y fuertes
soplos.
5.
El Estimulante:
Para activar la actividad.
·
Póngase de pie con las manos a los lados del cuerpo.
·
Inspire y mantenga una respiración completa tal como
se ha descrito antes.
·
Levante los brazos hacia adelante utilizando la
mínima energía posible para mantenerlos elevados y, a la vez, relajados.
·
Lentamente, vaya acercando las manos a los hombros,
flexionando los brazos gradualmente. A medida que lo haga cierre, lentamente
las manos, para que cuando lleguen a los hombros tenga los puños tan apretados
como pueda.
·
Mantenga los puños cerrados y estire de nuevo los
brazos, lentamente.
·
Con los puños cerrados, estire los brazos hacia
atrás, tan deprisa como pueda, varias veces.
·
Relaje las manos a los lados del cuerpo y espire con
fuerza por la boca.
·
Practique unas cuantas respiraciones tal y como se
han descrito anteriormente.
·
Repita este ejercicio varias veces, hasta que
empiece a sentir sus efectos estimulantes.
6.
El Molino:
Relajarse después del
trabajo.
·
Póngase de pie y estire los brazos hacia delante.
·
Inspire y mantenga una respiración completa.
·
Haga girar sus brazos hacia atrás varias veces
describiendo un círculo, y hágalo luego en dirección contraria. Para variar,
intente moverlos alternativamente como si se tratara de un molino de viento.
·
Espire con fuerza por la boca.
·
Practique unas cuantas respiraciones purificantes.
·
Repita este ejercicio tantas veces como lo desee.
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